El sanador alemán Bruno Gröning ilustra lo que ocurre cuando alguién sana de manera prodigiosa a miles de personas sin cobrarles nada.
Son emotivos los testimonios de las personas curadas de enfermedades en teoría incurables, pero por otro lado sorprende la facilidad con la que cura a tanta gente, sin tocarla, tan sólo hablándoles. A pesar de que murió en 1959, todavía hay mucha gente que lo recuerda. Actuó en una época en la que había muchos heridos de guerra necesitados.
¿Charlatán o sanador milagroso?. Eso lo dejo a tu criterio.
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